Como todos los años nuestro intrépido “arlequin” (como algunas publicaciones lo llaman) se deslizó por entre los menudos y algunos mayores haciendo de la tradición un paso más hacia la realidad. Y como todos los años un sinfín de anécdotas se han acercado a curiosear y a dejar su impronta en estos dias.
Y es que ya empieza a ser una tradición que la televisión sufra algún revés en tan señalado dia, o bien se quedan encerrados o bien reciben la caida de alguna manzana furtiva en el ascenso al cerro.
Tampoco se ausentó el agua en estos dias este año. No se ausentó pero concedió la gracia de parar su enojada labor para que la hogera prendiera y los paisanos pudieramos disfrutar de una longaniza y unas patatas asadas dignas de reyes.
Y gracias a todo esto Ateca volvió a salir en la prensa por si misma y el Heraldo del dia 4 de Febrero tuvo a bien publicar lo que sigue.